viernes, 7 de mayo de 2010

Imagina que tienes ese tipo de libertad.

- Cierra los ojos.

Un gesto de seriedad se esbozó en su cara.

- Ni lo sueñes.
- ¿No te fías de mí?

Sonreí. Claro que sí. ¿De quién iba a fiarme, si no? Era el único amigo que había tenido desde que llegué a ese lugar, y era difícil asegurar cuánto tiempo llevaba allí. Así que sí, confiaba en él. Pero no quería cerrar los ojos, me sentía mejor cuando veía su cara pálida y sus enormes ojos azules.

- Sabes que sí.
- ¿Y entonces?
- Jay…

Entrecerró los ojos, frunciendo el ceño.

- Eres lo peor, Hanna. ¿No puedes ni hacerme un favor?

Resoplé. ¿Cómo se las apañaba para conseguir que hiciese todo lo que él quería? Con gesto de fastidio (en parte fingido, todo hay que decirlo), finalmente, cerré los ojos.

Al instante, sus manos se apoyaron en mis hombros. Sentía su calidez, su contacto, a través de la ropa, y, aún sin ver nada, sonreí. Aquel día Jay me hacía sentir condenadamente feliz.

- Ahora, escúchame…
- Ya lo hago.
- …y no me interrumpas – pude notar el tono molesto en su voz y solté una estúpida risita -. Calla. A ver, ahora… Imagina que eres libre. No sólo libre en el sentido de no estar en este lugar encerrada en contra de tu voluntad, sino también en el de poder pensar, poder elegir tú misma tu propio destino. Imagina que tienes ese tipo de libertad.

Abrí los ojos, sorprendida.

- ¿No lo tengo?
- ¡Hanna!

Puso los ojos en blanco, frustrado, y sus dedos se posaron sobre mis párpados con la intención de cerrarlos. Pero no le dejé. Me rebatí, seria, y clavé en él mi mirada.


- ¿No lo tengo, Jay?
- Sabes que no – contestó, a regañadientes.

Giré la cabeza, confusa, dándole la espalda. No lo entendía. ¿Desde cuando no tenía yo la libertad de pensar por mí misma y de escribir mi destino? No me la habían robado, no todavía. Probablemente aquello sería otra de esas tonterías de Jay, otra cosa incomprensible y fuera de lugar destinada a sacarme de quicio. El problema es que me ponía nerviosa, hacía que no estuviese segura de nada. No me habían quitado mi libertad de decidir, no lo creía. Creía. Dudas. Temor. ¿Entonces…?

Sus manos se cerraron en torno a mi rostro, cegándome de nuevo. Intenté quitármelo de encima, pero no fui capaz.

- Imagina… - insistió -. Imagina que el mundo estuviese en tus manos. Que fueses libre, Hanna, libre de verdad.

Suspiré, molesta, aún luchando por liberarme… Y de pronto me di cuenta de que me sentía mejor siguiéndole el juego. Quizá así consiguiese una explicación.

- Sería genial.
- No, sabes que no. Sería perfecto.
- ¿No es…?
- No, no es lo mismo. Perfecto significa que no hay nada mejor. Pero, Hanna… si pudieras escapar, huir de aquí… si fueses dueña de tu futuro, si pudieses volar libre… ¿A dónde irías?
- A dónde quisiera.
- No. No. ¿En qué dirección?

Sus manos se retiraron de mi cara, pero no quise abrir los ojos. Imaginarme ligera e ingrávida, flotando muy por encima de todo lo que me hacía sentir mal, era lo más placentero que había sentido en mucho tiempo.

- Supongo que, en realidad, eso no importa - contesté, tras una pausa.
- Ah, ¿no?
- No…

Los ojos cerrados, una leve sonrisa asomando en mis labios, el viento removiendo mi cabello.

- Eres hermosa – susurró, acariciando mi mejilla.
- ¿No quieres saber por qué no importa? – musité cuando dejé de sentir su contacto cálido. No contestó, así que supuse que estaría escuchando -. No importa… si tú vienes conmigo.
Esperé su respuesta un segundo, dos, tres… a los treinta, abrí los ojos, y el ya no estaba allí. Qué absurdo. Lo más romántico que le había dicho nunca… y no lo había oído. Fruncí el ceño, aunque no pude evitar reírme por dentro. De no haberle conocido, sé que cualquier persona se habría enfadado… pero es que era Jay. ¡Me tenía tan acostumbrada a sus tonterías!

- Te tengo mal acostumbrado, Jay – le susurré al viento, con una brillante sonrisa en la cara.



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Esto lo escribí hace al menos un par de meses... tengo muchas conversaciones entre estos dos personajes, porque en mi cabeza hay una historia de verdad para ellos dos.. pero como no toma forma, creo que este fragmento no está demasiado mal =)
Gracias.

Xidre.

1 comentario:

Marcodefotos dijo...

ya te dije lo que pensaba... y ahora te digo...
no importa... si tú vienes conmigo...
solo con eso ya consigues ponerme "así"! jope! xD
eso y que...
queremos más relatos! buuuu =)